En muchas comunidades rurales, los partos en casa son comunes, asistidos por parteras tradicionales o familiares. A pesar del valioso rol de las parteras, la falta de formación y recursos para manejar complicaciones eleva los riesgos para madres y bebés.
En algunas comunidades, se cree erróneamente que el calostro es dañino ya que lo ven de color y textura diferentes, lo que puede hacer que las madres no lo den a sus bebés, privándolos de nutrientes esenciales en sus primeros días.
Los recién nacidos en estas comunidades enfrentan riesgos de sepsis neonatal y neumonía por prácticas como el uso de cenizas, hierbas o aceites en el cordón umbilical; así como baños desde el primer día del nacimiento, sumado a la falta de conocimientos básicos sobre cuidados neonatales, lo que eleva el riesgo de mortalidad.
Distancias muy largas, acceso limitado, falta de recursos como gasolina o dinero para el pago del viaje, además de la desconfianza en los sistemas tradicionales de salud que muchas mamás sienten, son desafíos adicionales.
Mamás del Río ha asumido la responsabilidad de mejorar la salud materno-infantil en la Amazonía peruana, formando agentes comunitarios, capacitando parteras tradicionales y al personal de salud, y sensibilizando a la comunidad. Con estos esfuerzos, busca superar barreras de acceso y conocimiento para asegurar un futuro más saludable para mujeres y recién nacidos, marcando un nuevo capítulo en la historia de la salud comunitaria.
En general, las comunidades nativas de estos distritos tienen una población compuesta principalmente por la etnia kukama kukamiria. El día a día de ellos y ellas enfrenta desafíos significativos, que incluyen pobreza extrema, desigualdad, y acceso limitado a servicios básicos y educación de calidad, exacerbados por su ubicación remota. La dependencia de la pesca y la agricultura de subsistencia los hace vulnerables a factores climáticos y económicos. Además, la degradación ambiental y el cambio climático amenazan su sustento y salud, generando dificultades en el acceso a servicios de salud esenciales y aumentando su vulnerabilidad. Estos factores contribuyen a círculos de pobreza generacional y desigualdades en estas comunidades desfavorecidas.
Nuestro estudio de investigación basal reveló brechas críticas en la atención esencial del recién nacido (AERN) tanto en nacimientos domiciliarios como en instalaciones médicas. Del 65% de las mamás que dan a luz en su casa, el 93% carece de asistencia por personal de salud entrenado. La ausencia de infraestructura básica, como electricidad y agua potable, y la falta de acceso a atención obstétrica de emergencia son comunes. Nuestras investigaciones identificaron nueve indicadores clave de cuidado neonatal que necesitaban mejoras significativas:
Se encontró que solo el 77% de bebés eran secados inmediatamente al nacer.
Tan sólo el 9% de bebés eran colocados al pecho de su madre inmediatamente después de nacer.
Solo el 80% de mamás esperaban al menos un día para bañar a sus bebés.
El 78% practicaban un atado limpio del cordón luego del corte del mismo
El 80% realizaba corte limpio del cordón umbilical.
La limpieza adecuada del cordón solo se practicaba en un 59%, en otros casos se usaban sustancias como aceites o ceniza.
Solo 39% de las mamás le daban calostro a sus bebés, el resto de ellas lo botaban porque, al ser amarillo, pensaban que era dañino para el bebé.
Solo 64% de las mamás le brindaba leche materna a su bebé antes de la primera hora de nacimiento
Finalmente, el 87% le daba solo leche materna al bebé, al menos durante los 3 primeros días de nacido.
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